Solo dos puertas de la muralla de Coria son romanas: una de ellas, la nordeste, se denominaba antiguamente, según Antonio Navareño Mateos, como Puerta Nueva, Puerta de la Corredera, Puerta de San Ginés, Puerta de San Pedro y según Alejandro Valiente Lourtau como Puerta del Sol, Puerta de la Guía, Puerta de Nuestra Señora, Puerta de la Corredera, Puerta de San Ginés, Puerta de San Pedro. Esa puerta, o más bien su torre Noreste (o Torre 21), tenía una zarpa a ras del pavimento de la calle Corredera, según diversas fotografías recientemente localizadas por este blog (años 2017-2020), realizadas en las fechas indicadas, y que demuestran su existencia hasta los años 1960, según se aprecia en la composición adjunta. Contando las hiladas se deduce que no subió el nivel de la calle, sino que, de forma asombrosa, se eliminó, no sabemos el método y motivo.
Para averiguarlo, estamos preguntando a personas que en los años 1960 trabajaran en la obra o la recuerden.
Por cierto, se puede apreciar claramente que antiguamente los sillares se podían observar y admirar en todo su esplendor, no como actualmente.
La muralla de Coria, el monumento más antiguo hasta ahora conocido y el más significativo, verdadero símbolo de Coria, junto con la catedral y el castillo de Alba, no dispone ni de un cuerpo de fábrica (lienzo) libre de elementos extraños y ofensivos y que privan a visitantes y corianos de su pleno disfrute y análisis: árboles enormes, vehículos, señales de tráfico, carteles turísticos, ...
El orgullo del que los pueblos pueden legítimamente presumir por su Historia y Patrimonio se demuestra con el mimo de monumentos y vestigios, a la vista u ocultos, y no con palabras bienintencionadas.
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